Precisamente en plena época de estudio intensivo para preparar los próximos exámenes, en la Biblioteca Central, donde acuden un buen número de estudiantes para preparar sus asignaturas, no se les ocurre otra cosa que hacer obras en los servicios o, si lo prefieren, retretes del establecimiento, lo que dificulta la presencia continuada de los estudiantes por motvos obvios.
Y digo yo... ¿no tenían otro momento mejor para hacer esas obras?
A las "mentes pensantes" encargadas de estas cosas ¿no se les ha ocurrido tener en cuenta las necesidades fisiológicas de los usuarios?
¡País!